Causas de la sensibilidad dental. Explicacion experta y soluciones
- mercadeo9870
- hace 3 días
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¿Te ha pasado que tomas un sorbo de café caliente o muerdes un helado y sientes un corrientazo agudo en los dientes? No estás solo. Esa sensación, que muchos pacientes describen como tener los "dientes destemplados", es una de las consultas más frecuentes.
Pero, ¿por qué aparece la sensibilidad dental realmente?
Como odontóloga con más de 20 años de experiencia en Cali, he visto que muchas personas ignoran este síntoma o intentan "acostumbrarse" a él. Y aquí es donde debo ser clara: el dolor nunca es normal. Es una señal de alerta que tu cuerpo te envía.

A continuación, te explico qué está pasando dentro de tu boca y, lo más importante, cómo podemos solucionarlo desde la odontología contemporánea.
Entendiendo el dolor: Qué ocurre realmente dentro de tu diente
Para entender por qué duele, primero hay que visualizar la anatomía del diente. Imagina que tu diente tiene varias capas. La externa y más dura es el esmalte, que funciona como un escudo protector. Debajo de ella se encuentra la dentina.
En mi consulta siempre les explico a mis pacientes lo siguiente: la sensibilidad dental ocurre cuando esa dentina (la capa interna) queda expuesta. La dentina es porosa; tiene miles de tubos microscópicos que conectan directamente con el nervio del diente.
Cuando pierdes el esmalte o la encía baja, esos tubos quedan abiertos. Sin protección, los estímulos externos —el frío, el calor, lo dulce o lo ácido— viajan como por una autopista hasta el nervio y causan esa molestia incómoda y punzante.
Las 5 causas principales de la sensibilidad dental (que veo en consulta)
Aunque la teoría dice que es por "dentina expuesta", la pregunta real es: ¿qué provocó esa exposición? En mis años de práctica, he identificado patrones muy claros. Estas son las causas más habituales:
1. El cepillado traumático y el desgaste del esmalte
A veces pensamos que para limpiar bien hay que frotar con fuerza, como si estuviéramos lijando una superficie. ¡Error! Los cepillados muy fuertes y traumáticos son enemigos de tu esmalte. Si usas un cepillo de cerdas duras y aplicas mucha presión, literalmente estás desgastando la capa protectora de tus dientes día tras día.
2. La dieta moderna: Azúcares y ácidos
Lo que comemos influye directamente en la química de nuestra boca. Las dietas muy altas en azúcar y alimentos ácidos (como refrescos, cítricos en exceso o bebidas energéticas) provocan erosión dental. El ácido ablanda el esmalte y facilita que se pierda, dejando la dentina al descubierto mucho antes de tiempo.
3. Bruxismo y retracción de encías
El estrés de la vida moderna nos pasa factura, a menudo mientras dormimos. El bruxismo (apretar o rechinar los dientes) somete a las piezas dentales a una carga excesiva.
Esto tiene un doble efecto negativo:
Fractura o desgasta el borde de los dientes.
Provoca retracción de encías. Cuando la encía se retrae, deja expuesta la raíz del diente. Y ojo: la raíz no tiene esmalte, por lo que es extremadamente sensible.
4. Restauraciones extensas y tratamientos previos
Este es un punto que pocas veces se menciona en internet, pero que veo constantemente. Si tienes calzas, empastes o restauraciones muy extensas, es posible que experimentes sensibilidad.
A veces, cuando una caries ha sido muy profunda o la restauración es muy grande, el nervio puede quedar resentido o con menos aislamiento térmico del que tenía antes. También puede ocurrir si una restauración antigua se ha desajustado, permitiendo filtraciones.
5. Caries no tratadas
Parece obvio, pero no podemos descartarlo. Una caries activa rompe el esmalte y cava un túnel hacia el nervio. Si el dolor es localizado en un solo punto y persiste, podría no ser solo sensibilidad general, sino una infección que avanza.
¿Cuándo deja de ser "normal"? Señales de alerta
La sensibilidad suele ser provocada (duele al comer algo frío y pasa rápido). Pero, en mi experiencia profesional, debes preocuparte si:
El dolor persiste minutos después de haber tragado la bebida fría.
Te duele espontáneamente, sin comer ni beber nada.
Sientes palpitaciones en el diente.
Estas señales indican que el nervio podría estar inflamado de forma irreversible y requerir otro tipo de tratamiento.
Tratamientos y soluciones: Cómo proteger tu sonrisa
La buena noticia es que la mayoría de los casos tienen solución si se abordan a tiempo. En la odontología contemporánea no buscamos solo tapar el dolor, sino tratar la causa raíz.
Cambio de hábitos: Empezamos por corregir la técnica de cepillado y ajustar la dieta.
Productos desensibilizantes: Existen pastas y barnices profesionales que ayudan a sellar esos túbulos abiertos.
Férulas de descarga: Si sufres de bruxismo, un protector nocturno es vital para frenar el desgaste.
Microcirugía o injertos: En casos severos de retracción de encías, podemos evaluar tratamientos para cubrir nuevamente la raíz.
Conclusión: La importancia de un diagnóstico a tiempo
Es importante no ignorar la sensibilidad. Muchos pacientes llegan a mi consultorio cuando el dolor ya es insoportable, lo que a veces complica el tratamiento.
Recuerda: Un diagnóstico a tiempo evita problemas mayores. No te resignes a vivir evitando los helados o el café.
Si estás en Cali o alrededores y sientes estas molestias, te invito a que evaluemos tu caso. Juntos podemos devolverle el confort a tu sonrisa.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿El blanqueamiento causa sensibilidad dental permanente? No. Es común sentir sensibilidad durante y poco después del tratamiento, pero suele ser transitoria. Si se realiza bajo supervisión profesional, es seguro y reversible.
¿Por qué me duelen los dientes cuando tengo gripe? A veces, la congestión de los senos paranasales ejerce presión sobre las raíces de los muelas superiores, provocando una sensación de dolor o sensibilidad que no es de origen dental, sino sinusal.
¿Sirven las pastas dentales para la sensibilidad? Sí, funcionan, pero no son mágicas ni inmediatas. Actúan por acumulación, creando una barrera progresiva. Deben usarse de forma constante y siempre bajo recomendación de tu odontólogo para asegurar que no estamos enmascarando una caries.

